Los autos clásicos en Cuba son también parte esencial de su historia.
Ligados a la política, la cultura, la mafia y hasta al feminismo (cuentan que la primera mujer con licencia automovilística en Cuba “se paseaba arrogante en un auto descapotable de color rojo por Prado y Malecón”), los llamados “almendrones” han estado presentes, sobre todo en la vida habanera, desde los inicios del siglo XX.
En este artículo encontrarás:
- ¿A qué se le llama almendrón en Cuba?
- ¿Cómo y por qué fueron fabricados los “almendrones”?
- ¿Cómo llegan los autos americanos a la isla caribeña?
- Almendrones: leyendas rodantes en Cuba
- Mecánicos de almendrones, ¡los genios del siglo!
- ¿Te animas a pasear por La Habana en un almendrón?
- Consejos para viajar a Cuba
¿A qué se le llama almendrón en Cuba?
En Cuba se conoce como “almendrón” a los coches americanos que ruedan por las calles habaneras desde la década del 50 del pasado siglo.
Si os preguntáis por qué fueron bautizados con este nombre tan sui generis, pues la respuesta es simple: porque la forma de estos coches asemeja a la de una almendra gigante.
Estos coches, que ya tienen nacionalidad cubana, son conocidos también como “carros de 10 pesos”, pues la mayoría funcionaba como taxi colectivo de ruta fija, por calles y avenidas principales.
Actualmente, los almendrones siguen funcionando como taxis colectivos, pero ya la tarifa ha aumentado un poco.
Los choferes de estos autos son conocidos como “boteros”, por lo que, en el glosario de frases populares cubanas, alguien que se dedica a “botear” es nada más y nada menos que chofer de un almendrón.
¿Cómo y por qué fueron fabricados los “almendrones”?
Resulta que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, quedaron miles de tanques de guerra y cañones en los almacenes y parkings del ejército de los Estados Unidos, junto a toneladas de acero de armas y buques japoneses y alemanes.
¿Qué hacer con todo eso? Pues digamos que fue un buen momento para reciclar. Toda la chatarra bélica comenzó a usarse para la construcción de automóviles.
Para los norteamericanos, que disfrutaban por esa época de una bonanza económica sin precedentes, la posesión de un auto se estableció como uno de los patrones fundamentales de la prosperidad y el estatus social.
Los nuevos coches poseían gran tamaño, elegancia y potencia, por lo que la industria automovilística norteamericana, que había paralizado su producción civil desde 1942 para dedicarse a la fabricación de armamento, retornó con nuevos bríos cuatro años después.
¿Cómo llegan los autos americanos a la isla caribeña?
Miles de estos nuevos autos americanos comenzaron a importarse a Cuba por avispados emprendedores en la década del 50 del pasado siglo.
Diversos modelos de marcas como Chevy, Pontiac, Ford, Cadillac, Buick, Plymouth, Studebaker, Packard, entre otras tantas, se convirtieron en habituales en las calles habaneras. Según las estadísticas, en los años 50 había en La Habana más Cadillac per cápita que en Nueva York.
Estos coches aterrizaron en Cuba durante la época de Fulgencio Batista, quien cedió La Habana para testear y promocionar los coches que, luego, serían comercializados en y desde los EE. UU.
Muchos de ellos permanecieron en Cuba y es así que hoy conforman el parque de autos de lujo que da vida y colorido a las calles habaneras.
Un dato curioso es que el Hotel Iberostar Grand Packard, ubicado frente al Paseo del Prado habanero, lleva el nombre de la famosa marca norteamericana de autos de lujo porque en sus bajos se ubicaron concesionarias de los autos Porsche y Packard.

Foto: Hotel Packard (Cortesía Iberostar Grand Packard)
Almendrones: leyendas rodantes en Cuba
En Cuba, los almendrones se han conservado por necesidad, y esto ha ido despertando un gusto e interés cada vez mayores en estos autos de lujo y en su conservación.
Cuba cuenta con más de 75 mil autos clásicos conservados, con fecha de fabricación entre 1920 y 1950. En La Habana solamente circulan más de 10 mil.
Estos autos han promovido la pasión por lo vintage, no solo entre sus propietarios, sino también entre los miles de transeúntes que disfrutan del espectáculo que ofrecen los almendrones en La Habana.
Entre 2016 y 2017 las celebrities y funcionarios de estado norteamericanos paseando por el malecón en almendrón desataron un furor insospechado por estos autos y colocaron el tour en auto clásico por La Habana en el número 1 del podio de las actividades que hacer en La Habana.
Aunque ya desde el 2012 la firma española YERSE había ambientado su colección de primavera-verano en una Cuba cuyo elemento más conspicuo era el clásico almendrón.
Estos coches sin techo, pero cargados de porte y elegancia, son también elemento indispensable en las fotos que se toman las quinceañeras cubanas. Largos vestidos de encajes y tules flotan sobre los asientos de estos autos, para ser inmortalizados en los recuerdos de esa bella edad.
Hace algunos años, también se estila en Cuba que las parejas de novios recorran la ciudad subidos en el asiento trasero de un almendrón, que va abriéndose paso en las calles con bocinazos muy originales.
Mecánicos de almendrones, ¡los genios del siglo!
Entre nacionalizaciones y bloqueo económico, los autos americanos comenzaron a sufrir cada vez más la falta de piezas de repuesto y el mantenimiento necesario para sobrevivir en el clima tropical.
Los dueños de almendrones, aunque no fueran mecánicos, debieron asumir esta como su nueva profesión, para mantener vivos sus coches-reliquias.
Todos coinciden en que se hace sumamente difícil conseguir las partes y piezas de estos autos, ya que no se comercializan en Cuba desde los 60 y, para obtenerlas habría que comprarlas en EE. UU. u otro país más cercano, lo cual encarece mucho su mantenimiento o reparación.
Aunque hay soñadores tenaces que, con una gran dosis de esfuerzo, han logrado crear empresas como Nostalgicar. Julio y Nidialys tienen esta hermosa flotilla de autos clásicos reconocida a nivel mundial.
De hecho, Julio cuenta que fue la afamada actriz americana Susan Sarandon quien bautizó la empresa, confesando que al montar en un almendrón lo que experimentó fue nostalgia. Y sí, los almendrones cargan una gran dosis de nostalgia, pues encarnan el contraste entre lo nuevo y lo viejo, el hoy y el ayer, el gran imperio y la islita del Caribe.
¿Te animas a pasear por La Habana en un almendrón?
El recorrido panorámico en auto clásico por La Habana será sin cinturón de seguridad, airbag, o ABS, pero tan auténtico y divertido como los paisajes que recorreréis.
La Habana es un museo vivo por el que circulan estos autos que os llevarán más allá de las murallas de la vieja Habana o de la 5ta avenida en La Habana moderna.
Pasear en coche descapotable en Cuba es más que tomar un simple taxi y pagar por el viaje. Es entrar en contacto con años de historia, es subirse a un auto con pedigree, es dialogar con el chofer quien, seguramente, es un artista de la mecánica. Es, como todas las actividades que organizamos, un viaje de sensaciones.
Consejos para viajar a Cuba
Te animamos a visitar Cuba, no solo para recorrer las calles de La Habana en un flamante coche descapotable, sino para sumergirte en su historia y su arquitectura tan interesantes.
Te invitamos a descubrir además sus tradiciones, sus villas coloniales más antiguas, los mejores alojamientos, sus rincones únicos de naturaleza, sus paradisíacas playas, su gastronomía criolla y, sobre todo, la amabilidad de sus gentes.
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¡Hasta pronto!
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