
Descubriendo El Abra de Canasí
Las playas y cayos de Cuba son mundialmente conocidos por sus aguas cristalinas y por su arena fina, que invita al esparcimiento. Tanto los locales como quienes visitan la isla por vez primera acuden a ellos para vivir una experiencia única.
Sin embargo, muchos de estos espacios recreativos han ido perdiendo paulatinamente su virginidad; de ahí que no sean pocas las personas que apuesten por un turismo más selectivo.
En este sentido, los ríos y reservas naturales de Cuba ofrecen un atractivo sin igual. Entre ellos, el Abra de los Arcos de Canasí es una colosal puerta abierta para los exploradores más intrépidos. Ubicada a 44 kilómetros de la capital, el viajero puede disfrutar de un poblado pesquero y de un paisaje conmovedor.
¿Cómo llegar a El Abra de Canasí?
El Abra de Canasí se encuentra ubicada en la llanura Habana-Matanzas, en la provincia de Mayabeque. Es una zona de campismos, pero que a la vez ofrece privacidad y la posibilidad de acampar al aire libre. Solo es necesario contar con una tienda de campaña, zapatos de montaña y traje de baño para estar listos e imbricados con el ambiente.
Para llegar al Abra se puede acceder por varias vías. La más rápida sería tomar un coche directamente desde La Habana hasta el citado pueblo. Sin embargo, los más aventureros pueden hacer autostop desde el semáforo de Alamar. En este caso deben quedarse en el conocido “puente de Canasí”, uno de esos “puentes fantasmas” que en verdad no conecta con el poblado, porque está a medio terminar.¿Qué hacer en el Abra de Canasí?
Luego de un recorrido que se hace breve, y tras escapar del bullicio de la ciudad, veremos una loma que margina toda la costa y que mantiene su cima aterrazada de 100 metros de altitud. A través de aquel abra por donde fluye el río de igual nombre se alzan las Lomas de Picadura o Canasí, con sus mogotes azulados, situados a 11 km de la costa.
En el cerro de la parte oriental se abren grandes cuevas marinas, siendo Canasí el abra más nítida y espectacular de las alturas La Habana-Matanzas. En el farallón que mira hacia el mar se abre la Cueva del Convento, de boca en forma de arco ojival como catedral gótica.Muchos rincones por descubrir
Al adentrarse en la cueva principal la profundidad va descendiendo, y cruzado el ancho umbral recibe a los curiosos una explanada de arena muy fina. Un verdadero descanso para los pies cansados de tanto caminar. En el fondo de la ensenada que forma la boca fluvial el paisaje está protagonizado por chozas de pescadores y esbeltos cocoteros.
Por lo que el Abra de Canasí es un paisaje de admirar. Río, mogotes, cuevas, fauna y flora local se ofrecen al viajero en todo su esplendor. En un clima tropical como el que se vive en la isla caribeña, cruzar el río puede ser toda una aventura: el agua por la cintura o por el pecho con la mochila a cuestas es una experiencia única.El río al frente va girando a la izquierda hasta salir al mar abierto. Alturas escarpadas custodian el cauce, salvo en la posición del caserío. Luego del cruce, nos topamos con un camino lleno de uvas caletas, donde podemos encontrarnos con gente acampando y cocinando sus alimentos. Este recorrido nos lleva hasta un mundo virgen, presto a ser descubierto por quienes prefieran los ambientes íntimos, el diálogo con la naturaleza y la apuesta por los orígenes. Es por eso que esta es una de las mejores actividades para hacer en el occidente cubano.
El abra y las actividades acuáticas
El abra, esa abertura ancha y despejada entre dos montañas, posibilita la práctica del snorkeling, el clavado desde el acantilado, el paseo en kayak, y muy especialmente disfrutar de una comida preparada por locales. Pescado fresco al carbón, con algún tubérculo típico del menú cubano tradicional, bajo la sombra de un cocotero es un manjar único por su sabor y por el ambiente en el que se disfruta.
Desde una altura de más de 5 metros sobre el nivel del mar se encuentra el mirador de la boca del río Canasí, que alcanza allí un ancho de unos 100 metros. Es fácil perder la noción del tiempo en ese sitio, a salvo de los rayos más violentos de la tarde tropical. En el Área Protegida Boca de Canasí no hay sitio mejor que este para recibir y despedir el sol. Al norte: el inmenso mar. Al este: una accidentada costa. En resumen, el paisaje idóneo para aquellos viajeros que aunque tengan una breve estancia en la isla, puedan disfrutar, a pocos kilómetros de La Habana, de las maravillas de la naturaleza, fauna y flora tropical. Especialmente al este del río, aproximadamente a un kilómetro, se abre un lecho pedregoso con tres pequeñas grutas cercadas y penetradas por el agua azul. Es La Cazuela, uno de los espacios del abra más frecuentado por los locales y el preferido por quienes buscan practicar el buceo en Cuba. Sin ser precisamente una playa, la belleza del mar es un convite al baño y quienes poseen equipos de buceo pueden admirar los encantos del lecho marino. En algunos sectores la profundidad es considerable, como revela el intenso azul del mar, pero hay algunos tramos en los que es posible la pesca al vadeo, incluso hasta una rompiente al este de la boca del río Canasí. El abra de Canasí es uno de los accidentes costeros más notables de Cuba.Una excusa para volver…
El Abra de Canasí siempre nos ofrece un motivo para el regreso. La experiencia allí vivida suele ser única, uno o dos días, no importa el tiempo que haya durado la excursión, se queda impregnado en la memoria de cada viajero que la visita.
Arcos de Canasí, ese pueblo pesquero al sur de la Vía Blanca, es una mezcla exitosa de disfrute, esparcimiento; y a la vez sinónimo de esa armonía, paz y entropía que busca el ser humano en cada lugar a donde va.
Julienne López Hernández
Lic. Historia del Arte (www.artisticulturaltheory.com)
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