Cuando hablamos de la época colonial en Cuba nos referimos a cuatro siglos durante los cuales el dominio de la corona española se extendió sobre la mayor isla del mar Caribe y otros territorios del Nuevo Mundo.
Estas ciudades coloniales de Cuba han conservado, a través del tiempo, ese halo pintoresco, romántico –y a la vez señorial– que les otorga su propia condición de reliquias culturales; están cargadas de leyendas, de tradiciones y de una imponente arquitectura.
En la actualidad, sus centros históricos se consideran Patrimonio de la Humanidad, por ser guardianes y testigos de uno de los períodos más determinantes de la historia de Cuba.
Las primeras villas fundadas en Cuba fueron siete: Baracoa, Trinidad, Sancti Spíritus, Puerto Príncipe, Santiago de Cuba, Bayamo y La Habana. Casi todas se ubicaron a orillas de la costa para facilitar las relaciones con el exterior, particularmente con España.
Todas siguieron un mismo sistema: una plaza abierta, la Plaza de Armas, y a sus lados se erigían la iglesia, el cuartel y el Ayuntamiento. Las calles, muy estrechas, convergían hacia dicha plaza, y en ellas se levantaban las casas particulares, cuyas condiciones variaban según la fortuna de sus dueños.
Si estás pensando en visitar Cuba, no puedes perderte esta selección de joyas coloniales:
1 San Cristóbal de la Habana, ciudad maravilla:
Adolphe de Cassagnac«La Habana es una ciudad de guerra, fortificada como fortificaban los españoles en otros tiempos, es decir, de un modo formidable y elegante (…) Ninguna ciudad de las que conozco: ni Paris, ni Londres, ni Nueva York, pueden dar una idea de La Habana. La Habana tiene un aspecto, un color, un ruido que le son peculiares; contemplada de día, es de grandiosidad extraña, vista de noche es misteriosa y poética (…)»
La vieja Habana tuvo varios asentamientos temporales, hasta terminar el peregrinar junto a un puerto seguro y hermoso, entonces llamado «Puerto de Carenas».
Crucero de las rutas de conquista, escala en los caminos de la colonización, cuna de todos los sueños. La Habana muy pronto se vio apreciada por amigos y codiciada por enemigos; los corsarios y piratas la asaltaron antes de cumplir sus veinte años de existencia.
Los tesoros reales comenzaron a hacer aquí también su escala y la necesidad de defensa fue inminente. La Corona trazó un plan de fortificaciones que se conserva en nuestros días: la fortaleza de los Tres Reyes del Morro, a la entrada del canal del puerto y, frente a ella, al otro lado del canal, San Salvador de La Punta que, unidas a la Real Fuerza y a San Carlos de la Cabaña, constituyeron el triángulo marítimo defensivo de la ciudad.
Quizás lo que más define y ayuda a comprender la Habana colonial y su desarrollo sea el hecho de que esta era una villa amurallada. La muralla que protegía la ciudad por tierra dividía la Habana vieja de una Habana más moderna, cosmopolita, ecléctica.
Las plazas alrededor de las cuales se nucleó la vida colonial habanera son espacios imprescindibles en un recorrido por la vieja Habana, pues en ellas se atesora lo mejor del arte y la arquitectura colonial habaneras.
La Plaza de Armas, el primer lugar jerarquizado que agrupaba las funciones político militar, religiosa y civil de una población emergente; la Plaza de San Francisco, llamada así por el establecimiento de la orden religiosa de ese nombre que, comenzando en 1575 la construcción de un humilde convento, para el primer tercio del siglo XVIII ya poseía una de las edificaciones más hermosas de la ciudad.
La Plaza de la Catedral, en la cual, a fines del siglo XVIII se exaltaba a catedral la iglesia que los jesuitas construyeron en ella.
La Plaza Vieja, ecléctica, colorida y con variopintos bares y paladares en los que degustar un delicioso coctel o una comida criolla.
2 Trinidad, donde el tiempo parece haberse detenido:
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, es una villa con numerosas y bien conservadas obras de arquitectura, tanto domésticas como públicas y religiosas, además de exhibir bellas balaustradas de madera, enrejados y decoraciones hechas a mano.
El signo decorativo característico de las viviendas de la ciudad tiene su base en la ornamentación neoclásica, reflejada en murales, molduras, marcos de madera y en las caprichosas formas que los forjadores del hierro lograron imprimirle, para que se convirtiera en uno de los mayores encantos de la ciudad.
Muy cerca de la villa de Trinidad, situada a 12 kilómetros al noroeste, se erige la Torre Iznaga, obra arquitectónica del siglo XIX cubano, declarada Monumento Nacional. Se cuenta entre los monumentos antiquísimos del Valle de los Ingenios, otro sitio de visita obligada si queréis recorrer las huellas de la historia colonial desde las ruinas de antiguos ingenios azucareros.
Trinidad también tiene una bebida tradicional, que data del período colonial, precisamente del siglo XIX: la canchánchara. Así que no os perdáis la tradición de acercaros a la Taberna La Canchánchara para degustar esta refrescante y única bebida tradicional a base de aguardiente, miel y limón, mientras recorréis las laberínticas calles de esta reliquia colonial.
3 Camagüey, la ciudad de los tinajones
La fundación de la villa de Camagüey, llamada Santa María del Puerto Príncipe tuvo lugar en febrero de 1514.
Una veintena de plazas, plazoletas y parques caracteriza la ciudad, conocida también por sus caserones de altos puntales, sus artísticas rejas y ventanas y sus típicos guardapolvos.
Era costumbre de los colonizadores construir una plaza en la cercanía de las iglesias, así con la Catedral surgió la primera plaza (hoy Parque Agramonte), y en 1697 las de Santa Ana y la Soledad, sitios de reuniones históricas, de esparcimiento y juegos infantiles.
Si llegáis a esta joya colonial de coloridas casas y plazas animadas, no dejéis de probar su plato tradicional, que es a la misma vez una delicia típica de la cocina cubana: el ajiaco.
4 Santiago de Cuba, la vibrante urbe oriental:
En julio de 1515 el gobernador Velázquez establece la séptima villa en la bahía de Santiago de Cuba.Su centro histórico, en el que destaca el Parque Céspedes, está delimitado por un conjunto arquitectónico de alto valor, integrado por la Casa-Museo Diego Velázquez, la Catedral Metropolitana, el antiguo Ayuntamiento (hoy sede del gobierno provincial) y el hotel Casa Granda.
En su entorno se localizan otros sitios de mucho interés histórico y cultural, como la Casa de la trova y el museo Bacardí, en cuyas salas se exhibe la historia del catalán Facundo Bacardí, quien adquirió en Santiago de Cuba una pequeña destilería y logró encontrar una fórmula industrial para transformar “la fiera bebida de los corsarios” en un ron exquisito, mundialmente reconocido.
Pero en esta vibrante ciudad oriental hay muchos más atractivos, relacionados estrecha y directamente con su pasado colonial. La Virgen de la Caridad, apellidada del Cobre por tener su santuario en ese centro urbano santiaguero, se colocó casi de inmediato entre las preferencias religiosas de los cubanos, al representar en el culto sincrético afrocubano a Ochún, símbolo de la feminidad, las aguas dulces y la alegría.
La belleza apacible y marmórea del Cementerio Santa Ifigenia es otra experiencia digna de experimentar en la ciudad. Este es uno de los más importantes monumentos funerarios de Latinoamérica, fundado en 1868, donde se encuentra el mausoleo al Héroe Nacional José Martí, y descansan los restos de Fidel Castro.
En medio de la bahía santiaguera se dibuja Cayo Granma, una hermosa islita que ostenta uno de los mejores conjuntos de arquitectura de madera cubana, y hasta donde vale la pena que lleguéis para probar una deliciosa langosta fresca, pescada y preparada por un local.
5 Remedios: entre historia, aguas turquesas y parrandas:
A 45 km al noreste de Santa Clara y a 9 km al oeste de Caibarién –donde os esperan las cálidas y transparentes aguas de la red de cayos al norte de la provincia: Cayo Santa María, Cayo Ensenachos y Cayo Las Brujas– se descubre Remedios, una de las joyas coloniales de Cuba.Esta es una pequeña villa ideal para pasar visitar Cuba y pasar unos días relajados en pareja. Excelente comida marinera, interesante historia, playas encantadoras a pocos minutos de distancia en coche y mucha tranquilidad, en un ambiente romántico.
Su calle de entrada y salida lleva de cualquier forma a la Parroquial Mayor de San Juan Bautista, que está considerada una de las iglesias más significativas de Cuba, por la exquisita elegancia de sus altares barrocos.
Así que, si estás pensando en visitar Cuba, ya sea para viajar en familia, con tu grupo de amigos o con tus compañeros de clase, con tu pareja o incluso en luna de miel, por tu cuenta o en alguno de nuestros viajes a medida, no dejes de seguir nuestras recomendaciones para viajar a Cuba sin complicaciones y para conocer la evolución de la situación de la Covid-19 en Cuba.
Artículo escrito por Gabriela Rodríguez (guía independiente de Cuba)
Video producido y editado por Javier Ernesto Hernández-López.